Edad recomendada: desde los 7 años

¿Cuántas veces te han pedido que no hagas trampas mientras juegas? ¡Pues acabas de encontrar el juego ideal! Un juego en el que hacer trampas te puede llevar al éxito.

Polilla tramposa es un juego de cartas en el que el objetivo es ser el primer jugador que se quede sin cartas. Hasta aquí fácil, ¿verdad? La parte difícil la aportan ¡las polillas! De las cartas de polilla tramposa solo hay dos formas de deshacerse: siendo el Chinche Guardián o ¡haciendo trampas sin que te pille el Chinche!

 ¿Cómo se juega?

1. El jugador mayor será el Chinche Guardián
2. Se reparten 8 cartas a cada jugador
3. Se coloca el resto del mazo boca abajo en el centro y a su lado una carta boca arriba
4. Por turnos, cada jugador debe jugar una carta que sea la inmediatamente anterior o posterior a la que ya esté en el centro. Si la carta es de accíón, deberéis resolverla para seguir con la ronda
5. Los jugadores que posean cartas de polilla tramposa no podrán echarlas en el centro de la mesa, tendrán que buscar la manera de deshacerse de ellas sin que los vea el chinche guardián. Si el chinche te descubre, tendrás que coger la carta de la que pretendías deshacerte y, además, ¡el chinche te dará una suya! Si te acusa sin razón... ¡será él quien coja una carta de la pila central!

Ganará el primer jugador que logre quedarse sin cartas.